martes, 12 de junio de 2012

-No.



Estoy en contra, porque estáis a favor.
Estoy en contra, no soy como vosotros.
Estoy en contra, no importa de qué se trate.
Estoy en contra, porque no entendéis nada.
Estoy en contra, lo vuelvo a repetir.
Estoy en contra, el porqué da igual.


Aunque no os guste yo lo llamo libertad, vosotros falta de respeto.
Por favor, tomad mi actitud como muestra de rechazo, cuando esté frente a vosotros.


No soy tonto, aunque te guste creerlo.
No soy un vago, simplemente no tengo ganas.
No soy feo, sólo tengo otro aspecto que tú.
Has perdido y no quieres reconocerlo.
No estoy sordo, no hace falta que grites.
No soy ciego, pero es que no quiero reconocerlo.
No soy mudo, sólo estoy callado.
¿Qué voy a decir? No tengo razón.


Y ya que estáis en ello, contemplad mi aspecto, como símbolo de la no-identificación de vuestros valores.
Nadie...nadie tiene el derecho a decirme lo que debo hacer, realmente nadie, simplemente nadie, es mi propia y única decisión. 


No soy pobre, tengo lo que me satisface.
No estoy celoso de ti o de tu dinero.
Bienvenido a mi vida, estoy muy tranquilo, ¿por qué te alteras así? 
Cuando se te cruzan los cables, pretendes darme otra paliza. 
Demuestras tu propia incapacidad.
Realmente me das pena, la rabia te deja ciego.
Has perdido, ya no soy tu niño.


Te recuerdo que nadie...nadie tiene el derecho a decirme lo que debo hacer, realmente nadie, simplemente nadie, es mi propia y única decisión.


Así como pensamiento, forma de vestir, y mis valores internos y externos...