jueves, 28 de agosto de 2014

~Te encontré.

Como casi cada noche, él daba vueltas y vueltas en su pequeña cama, parecía un desierto enorme por el que vagaba entre sus sábanas, abriendo los ojos para no ver nada, cerrando los ojos para verlo todo.

Con sed, con calor, con agonía, las noches se convierten en torturas, el días en esperas eternas para nada ¿qué es lo que espera? ¿qué busca? Lo que todos ansían.

Cada noche se refugia entre sus mantas, pero son demasiado grandes, las sombras de sus ojos cada día son mayores, es preocupante ¿necesita ayuda? Puede.

Cada noche intenta dormir en un mar que lo arrastra cada vez a una zona más profunda y siniestra.

Cada mañana espera una respuesta de algo, de alguien ¿Dios? Demasiada magia para su mente, una mente ágil, una mente valiente como la de un guerrero, una mente con suficiente labia como para frenar una guerra, una mente amable, pero sobre todo... una mente enamorada ¿cómo podía creer en la magia?

Pero exactamente eso, es la soga que baila por su cuello, cualquier movimiento podría ser el acertado para escapar o el fatídico que firme el final.

Lo intenta y a pesar de tantas caídas, tantos golpes, tantos fallos... sigue ahí ¿quién sabe hasta cuándo? Puede que años, puede que días.

Él no quiere seguir, pero lo hace, cada día y cada noche ¿por qué? ¿cómo una mente tan perturbada puede superar el bache una y otra vez? porque no es un mago, ni un ilusionista, ni rico, ni pobre, ni enfermo, ni sano, ni poderoso, ni débil... él es un humano, y desde su nacimiento se le educó para resistir, pero, ¿por qué? ¿es lo que él realmente quiere? No, no quiere eso.

Un humano con una mente que se compone de ocho almas, cada una proporciona una cualidad única y especial.

Un humano que ya no intenta dormir, lucha por vivir, aprender, sentir, cosas nada fáciles.

Pero ahora él... ya no está tan solo ¿qué puede ser? ¿qué puede significar? ¿se puede contar en años? ¿marcará en su corazón y en su mente? Por supuesto que sí.