sábado, 12 de septiembre de 2015

~ Long Way Down

He vuelto a superar la prueba de cada noche, pero para mi desgracia sucumbí al mundo de los sueños, deseo un gatillo que acabara con ellos... malditos sueños.

Hace escasos minutos que he sobrevivido a ellos, no quiero levantarme de la cama pero hace un día precioso, las nubes cubren el cielo, ni un solo acto de presencia del sol. Ojalá la lluvia acompañe a este paisaje en unas horas.

Cuando era más joven y mis padres me decían que debía formarme para cuando fuese mayor, yo imaginaba que tendría un trabajo complicado, que implicase mucha responsabilidad, algo así, no una lucha interna e inacabable contra la adversidad emocional y existencial. 

A veces pienso que este es mi castigo del Destino o de ese tal Dios al que tantos adora. No creo en ninguno, no temo a ninguno, ambos pueden irse al infierno.

O también puede ser una cadena de desgracias que de forma aleatoria jode a uno de nosotros. No me importa.

El mundo de los sueños... el único camino que ahora tengo para hablar contigo pero al precio de la presión en mi pecho.

''Siento que he sido expulsado de los cielos, siento las negras plumas cayendo conmigo... siento que he de sufrir esta independencia como una corona.''

¿Vienes a buscarme? Pues desiste, el paso de los años han asesinado lo poco que merecía la pena ¿No es fantástico? Ahora sólo quedan los maravillosos despojos.

Pero aquí estoy yo, en pie frente al abismo esperando que el mundo quede envuelto en llamas, mirando las estrellas amantes. Nadie quiere creerlo, esas estrellas están sentenciadas a la muerte y parece que no lo saben.

No debería ser ninguna sorpresa pero para mí lo empieza a ser ¿Será esto a lo que llaman crecer? No tengo ni idea.



~ Agradecimiento especial para Carmen Núñez por inspirar parte de este escrito.