Dicen que quien más lucha contra el mal y el miedo, más fácil es de ser corrompido.
No te salvará cuántos avances hayas realizado, cuántos artilugios hayas empleado, la locura no avisa antes de poseerte.
En ocasiones nos encontramos a un enemigo que el filo de nuestra espada no rasgará su carne, que nuestros ataques no tendrán efecto, un enemigo que no tiene nombre concreto, no sabemos su ubicación, pero está siempre presente, acechando en la sombre o incluso en una cara amiga, un enemigo capaz de acabar con nosotros sin lanzar un ataque.
Dicen que quien más lucha contra el mal y el miedo, más fácil es de ser corrompido, pues es cierto.