sábado, 18 de enero de 2014

-Recuerdos como espinas de rosas.

Querido y estimado Ulrich:

Se que hace meses no respondo a tus cartas, entre un asunto y otro, no he podido sentarme en mi viejo sillón junto a mi pluma.

Es una trágica noticia la que me das de nuestro viejo amigo Conrad, para su suerte, él ya abandonó esta vida oscura de tormenta eterna por una causa en la que creía firmemente. 

En cuanto a mí, en estos meses, desde noviembre hasta enero, han acaecido demasiadas cosas de las que un simple mortal puede soportar sobre sus hombros.

Siento como mi mente empieza a flaquear en tenebrosos pensamientos desde ya hace semanas... Aún puedo recordar tus continuas reprimendas en el pasado de nuestra juventud cuando algo así te hacía saber...  aunque en cierto modo, es mejor así, separados en las distancias para evitar que me reconduzcas por el camino, ya tomé la decisión.

De todo corazón espero que tus asuntos en la ciudad vayan lo mejor posible, a pesar de la pésima situación en la que sé, se encuentra la ciudad en la que crecimos y vivimos, hasta hace unos meses, juntos.

Desgraciadamente, mi corazón y mi mente han sido derrotados, esta vez de manera definitiva, incapaz de encajar esta derrota, me veo obligado a hacer algo al respecto, amigo mío, una ola de mal asola todo mi ser, una ola de acontecimientos que han acabado conmigo, por completo...

Amigo mío, Ulrich, querido y bueno, es hora de mi marcha al otro mundo, aún no sé cómo tomarás esta carta teñida de dolor y lágrimas, aún así, es mi deseo hacerte saber que nadie más en el mundo podrá presumir de una amistad como la tuya.

Sólo te pido, que te despidas por mi parte de Helene, como ya sabes, mi antiguo y único gran amor... creo que, a pesar de todo el daño hecho, promesas olvidadas y deseos destruidos...  merece conocer esta noticia de mi marcha permanente.

Sin más que añadir, que el destino te guarde la mejor de las fortunas, para ti y los tuyos, viejo amigo, estaré esperando que llegue tu momento con mucho deseo.

Atentamente, Bastian.