domingo, 26 de mayo de 2013

~Oscura noche

No era una situación cualquiera, esta vez, en la habitación de aquel gran castillo, de cuyo nombre no recuerdo ya que sonaba a una lengua antigua, se encontraban ellos dos, el joven príncipe vampiro y una deidad superior, en un reducido espacio.

Él, de cabello rojizo, alto, y siempre de atuendo oscuro, no podía dirigir sus ojos a otro lugar que no fuese su rostro, su mirada, su cabello, por primera vez en su larga vida, se sentía cautivado ante una belleza inigualable.

Ella de cabello brillante como el sol, vestido largo y oscuro, miraba curiosa al ser que se encontraba justo delante de ella, le intrigaba, deseaba saber de él.

Dante era su nombre, conocido más por su habilidad con la pluma que con la espada, no pudo contener su deseo de tomar los labios del rayo de luz que ante él se encontraba... pero antes y durante ese momento, sabía que esta vez, no escogería el camino fácil ni el correcto.

En sus pensamientos vive, en su obra duerme, en su consciencia muere, ahora está encerrado en un círculo del que no podrá escapar.


miércoles, 22 de mayo de 2013

~Mad world

Hace mucho que no comparto con vosotros una de esas canciones que con tan poco expresan tanto, ¿cierto?
Bien, hoy os dejo una canción que con tan solo cerrar los ojos, te invita a entrar en otro mundo.
No es el artista original, pero esta versión me parece mucho mejor y profunda, espero que os guste.



lunes, 20 de mayo de 2013

~Faith

Y entonces, amedrentado, solo veía muerte y sangre en su entorno, con la visión borrosa no distinguía las figuras humanas que luchaban con esos extraños engendros del caos.
Intentó ponerse en pie, pero le resultaba casi imposible, un dolor insufrible se alojaba en el  interior de su cabeza, poco a poco, el agudo ruido de sus oídos desaparecía dejándose notar y los gritos de batalla y desesperación se filtraban estrepitosos en su entender.

Torpemente, consiguió mantener el equilibrio y levantarse apoyándose de su mandoble, pero la armadura era muy pesada, le entorpecía, el casco le privaba de visión. pues lo dejó caer al suelo y paso a paso avanzaba entre el desorden y la agonía del combate.

El ritmo de sus pasos acrecentaba a medida que sus sentidos recobraban la normalidad, entonces, ya veía con claridad, los hombres, inferiores a la marca de los dioses del caos, se veían incapaces de retener a aquella fuerza aplastante de seres que abandonaron ya tiempo atrás todo rasgo de humanidad y sentimientos, ahora en sus ojos se ponía mirar a la muerte cara a cara.

Con fuerza, Sigmar, el mandoble de nuestro héroe, danzaba de criatura a criatura, dejando atrás un rastro de muerte, tratando de salvar a los suyos, abriéndose paso entre la  masa sedienta de sangre.

Entonces, una gran silueta logró divisar, una gran silueta escoltada de grandes demonios, la pregunta ''¿quién?'' no era la más adecuada en este caso... no dudó, y con Sigmar en alza, cargó lleno de ira, pero, sin temor alguno ante esa imponente silueta de la cual sobresalían grandes disformidades de una armadura poseída por poderes de poderosas entes de siglos anteriores.

Al entrar en contacto, una luz silenció el combate, los pocos que aún se mantenían en pie se taparon los ojos, y retrocedían temerosos y allí, de nuevo aturdido, tendido entre sangre humana y demoníaca, su mirada se perdía en el cielo, su fuerza vital se marchitaba, incapaz de sentir sus extremidades inferiores, sentía el llamamiento de la otra vida, la vida de fe tras servir a las fuerzas de la luz.

En un último esfuerzo tornó la mirada, y en un gran árbol, ensartado por Sigmar estaba el Príncipe Demonio, una suave sonrisa se dibujó en sus labios en aquel final gris, segundos después, su débil corazón se detuvo, su existencia finalizó, pero ahora, viviría una nueva vida, la de la fama, la historia y el recuerdo.